No te pares al lado de mi tumba y solloces.
No estoy ahí, no duermo.
Soy un millar de vientos que soplan
y sostienen las alas de los pájaros.
Soy el destello del diamante sobre la nieve.
Soy el reflejo de la luz sobre el grano maduro,
soy la semilla y la lluvia benévola de otoño.
Cuando despiertas en la quietud de la mañana,
soy la suave brisa repentina que juega con tu pelo.
Soy las estrellas que brillan en la noche.
No te pares al lado de mi tumba y solloces.
No estoy ahí, no he muerto.
lunes, 16 de enero de 2012
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5 comentarios:
sí, claro
todas las cosas que tienen más glamour
nadie quiere ser lo calentito del agua estancada ni el musgo de los manicomios abandonados
ni las moscas que se juntan por millares
así empieza la xenofobia
qué buen poema, ojalá pudiera decir dónde lo encontró.
Y a propósito de muertes y poemas, uno de Nezahualcóyoltl:
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
saludos cordiales desde monterrrey nuevo león México
Zeta...qué barbaridad acabas de decir. No has entendido nada.
Bellísimo poema de Cherokee
Bellísimo poema de Cherokee
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