En su artículo "De Guerra y Muerte" Freud marca el contraste entre "la actitud cultural-convencional hacia la muerte" que implica el reconocimiento de que vamos a morir, como algo natural e inevitable, y el comportamiento que se expresa como "la inequívoca tendencia a hacer a un lado la muerte, a eliminarla de la vida". Hay entonces frente a la muerte, distintos modos de saber. Se sabe de la muerte, pero al mismo tiempo se la desconoce.
Para Freud la muerte propia no se puede concebir. Cuando intentamos hacerlo, en verdad sobrevivimos como observadores. La experiencia psicoanalítica nos enseña que "nuestro inconsciente no cree en la muerte propia, se conduce como si fuera inmortal". Admite la muerte y al mismo tiempo la desmiente como irreal. No hay inscripción de la muerte propia, no hay simbolización de ella, no se sabe qué es.
Sin embargo la muerte habita nuestras vidas como posibilidad.
Cuando otro muere suele destacarse el carácter contingente de la muerte traslucir "nuestro afán de rebajar la muerte de necesidad a contingencia". Así, se la piensa como un accidente que podría haberse evitado. Pero la muerte de una persona querida y el dolor que conlleva produce un descalabro en la actitud convencional y nos confronta de golpe con lo real de la muerte, haciéndonos tomar conciencia de ella como algo cercano y posible. También la guerra barre con el tratamiento convencional de la muerte, que entonces se vuelve real. Para Freud la muerte de seres queridos así como la ambivalencia que coexiste frente a ellos, ha empujado a la humanidad a la investigación y a espe culaciones intelectuales sobre la vida y la muerte.
No podemos mantener lejos a la muerte pero no se soporta admitirla ni representarse a sí mismo muerto. Eso llevó a la humanidad a compromisos y desmentidas de la muerte que comenzaron en etapas tempranas, dando lugar a distintas creencias, reflexiones, sistemas filosóficos. Cada cultura hace de la vida luego de la muerte un tratamiento diverso para hacerla soportable. La creencia en la inmortalidad del alma, la valorización que algunas religiones y reencarnaciones son modos entre otros de “ arrebatar a la muerte el significado de canceladora de la vida”
También las creaciones literarias y artísticas tienen como uno de sus temas dar cuentas pendientes de su vida.centrales la muerte. El humor negro y los chistes dicen de un modo soportale aquello que no puede admitirse. También cada sujeto inventa, con sus respuestas neuróticas, psicóticas o perversas, con sus inhibiciones, sus síntomas, sus angustias, sus fantasías y sus actos, un tratamiento singular de lo real de la muerte que le permite defenderse de ella, hacerla tolerable, pero al mismo tiempo tiene consecuencias que pueden afectar las condiciones de su vida. La variedad clinica de respuestas es amplia de las respuestas es amplia y la tipicidad de alg ridad de sus formas y del sentido que toma pa
Es típica por ejemplo la respuesta del obsesivo que la muerte es un accidente y que, creyendo riesgo del acto pagando el precio de infinitas postergaciones.
En otros en cambio la desmentida de la mu< heroísmo o de desafío sostenidas en la lógica de “ eos nunca puede sucederte a ti".
Para algunos, tomar contacto con la posibilidad de la muerte permite reconectarse con el deseo de un modo inédito. A veces la muerte de un ser querido y la convicción de que vamos a morir lleva a cabios y actos postergados por mucho tiempo, detenidos en la ilusión inconsciente de eternidad.
,A otros la transitoriedad de la vida los lleva a una posición melancólica despreciando lo que la vida ofrece y considerando que todo es poco frente a la falta de eternidad..Algunos logran localizar en una fobia el miedo a morir y creen que el riesgo sólo se presenta frente al objeto fobígeno.- Como contrapartida, es frecuente que frente al infortunio de la vida algunos sujetos recurran a fantasías de suicidio como modo de salida de una escena insoportable. Otros fantasean sus suicidios de modo de calcular su muerte.
¿Que sucede cuando alguien se encuentra con la noticia de una enfermedad terminal?
También aquí hay variaciones en las respuestas subjetivas y muchas veces un mismo sujeto pasa por diferentes momentos frente a la enfermedad. Negación , rebeldía , enojo, desesperación , esperanza y aceptación son algunas de las maneras de reaccionar frente a lo inevitable. Muchos no quieren saber, no preguntan, niegan la posibilidad de que sea algo malo y sin solución y hay que respetarlos. Otros prefieren saber, y se aferran a las posibilidades de un tratamiento para su curación . Otros frente a la cercanía de la muerte, siempre futura, toman decisiones como casarse, divorciarse, hacer un viaje, saldar cunetas pendientes con la vida Pero.siempre se está vivo hasta el final. Y de la muerte propia, no se sabe. Freud decía que soportar la vida sigue siendo el primer deber de todo ser humano. La ilusión perdió valor cuando no estorba hacerlo. . Saber que la muerte puede ocurrir en cualquier momento y al mismo tiempo proyectar al futuro la dimensión del deseo no es sencillo. Tensión irreductible que requiere al mismo tiempo saber de la finitud y sostener el futuro a pesar del futuro incierto. Fragilidad de la vida con la que convivimos , que implica reconocer , como planteaba Lacan , que "la función del deseo debe permanecer en una relación fundamental con la muerte , “ por lo cual “ la terminxcaion del analisis debe enfrentar al que padece con la realidad de la condición humana , con el deamparo de la relación con su propia muerte”.
Como decía Freud: "si quieres soportar tu vida, prepárate para la muerte “ .
Por Adriana Rubinstein , La mujer de mi vida , numero 35 .
viernes, 26 de marzo de 2010
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6 comentarios:
"si quieres soportar tu vida, prepárate para la muerte “
Freud se equivocó
Es al revés:
"si quieres soportar tu muerte,
prepárate para la vida"
De todas las maneras
estamos jodidos:
"Timor mortis,
timor vitae"
No hay escape.
Perfecta conclusión ... ante la muerte festejar la vida.
Perfecta conclusión ... ante la muerte festejar la vida.
Perfecta conclusión ... ante la muerte festejar la vida.
Perfecta conclusión ... ante la muerte festejar la vida.
Es real no se equivoca, sólo es otra forma de afrontarlo
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