Cómo ser viejo y dar envidia
La sociedad entera cree que los viejos son trastos inútiles, desagradables de ver, que no sirven para nada y solo ocupan espacio y consumen medicamentos. Esto nace del terror a envejecer y sentir que se nos acaba el tiempo en este paseo terrenal. Cada viejo es como el espejo de aquello que pronto seremos. Pero de ningún modo un viejo es un trasto, sino un glorioso ejemplo de lo justa y democrática que es la vida misma. Los viejos son gente que se parecen demasiado unos a otros , lo cual democratiza la sociedad, demostrando que por más que nos queramos mandar la parte o hacernos los importante, en el ultimo tramo de nuestra vida nos parecemos todos unos a otros como dos gotas de agua : chinos y negros, ricos y pobres, cultos e ignorantes lucimos todos igual en la tercera edad. Si lo dudas , te desafío a que encuentres a tu abuela de pelo blanco en un banco de la plaza llena de abuelas, un domingo a la tarde.. Deambulará por toda la plaza gritándole “¡Mamá!” a cien señoras sorprendidas, y seguramente te encontrará tu abuela a ti antes que tú a ella. A cierta edad de la vida, la única diferencia que tenemos con otro es si andamos en silla de ruedas o su aún caminamos solitos. Pero lo más fascinante de la vejez es que toda ella entraña una importante misión en la vida, quizás la más importante de todas .Cuando eres anciano tienes un trabajo de 24 horas, continuo y muy exigente. Se trata de demostrarle a todos los que te rodean que ser viejo no es tan terrible, que aun conservas tu lucidez, puedes recordar el final de un chiste, sonríes mucho, no se te mueve la dentadura postiza, no te caes a piso al levantarte de una silla y hasta hueles muy bien . Esto levanta el espíritu de la gente que se aterra al verte, lleno de arrugas y con pelo ralo , pensando “esto me sucederá a mi también” . Si practicas algunos pasos de zapateo americano y los muestras en las fiestas familiares- “ ¡Oigan , bailo zapateo americano sin quebrarme las caderas!”- harás felices a todos los que te miran con espanto pensando “· un día seré así de viejo yo también” . Es importante que te vean beber como una cuba, moverte con cierta agilidad y hasta ir al baño solo, momento en el cual escucharás cosas que no oías desde que tenias dos años “ ¡Que maravilla, no se hace encima: se levanta a tiempo!…¡ Hasta va solito al baño!” Si cantas y bailas y cuentas chistes verdes o indiscreciones familiares de los que han muerto antes que tú, probablemente te conviertas en el cventro de atracción de cada reunión familiar . Cuando eres anciano nadie te exige más nada , ni que tengas la comida lista, ni que seas amable, ni que traigas un sueldo a casa . Es maravillosamente relajador ves que los demás se empiezan a ocupar de ti y sean felices mientras no te suba la presión sanguínea. De alguna manera, vuelves a a la etapa dorada de la primera infancia, cuando todos velaban por ti .Y a medida que avancen los años,tienes la satisfacción de que cada vez te aplauden más por verte hacer cosas más nimias, como embocar la cuchara en la boca , como cuando tenías un año. Y si llegas a los 98, te sentirás el alma de la fiesta porque todo el mundo te rodeará maravillado de que puedas hablar, reconocer a un pariente y respirar sin ayuda de pulmotor…¡ y te aplaudirán por eso, como cuando tenías meses de vida! ¡Serás una megaestrella, y el centro de atención de la familiaotra vez! Si aguantas a los 120, llegarás a tener fama mundial sin hacer nada mas que tomar la sopa . Prepárate para ver tu casa invadida de cronistas y reporteros que vendrán a filmar como apagas las velas de tu torta con ayuda de 17 nietos, un matafuego y un pulmotor. Si tienes alma de estrella, no te molestará. Después de todo, de no ser por el canal de televisión que venia a entrevistarte, los miserables de tus nietos ni siquiera hubieran comprado torta. Y lo mejor que podrías hacer es casarte con alguien mucho más joven. Nada le gusta tanto a los medios como un viejo o una vieja que se casan. Pídele al canal de tele que te pague la luna de miel, si quieren la nota.
La sociedad entera cree que los viejos son trastos inútiles, desagradables de ver, que no sirven para nada y solo ocupan espacio y consumen medicamentos. Esto nace del terror a envejecer y sentir que se nos acaba el tiempo en este paseo terrenal. Cada viejo es como el espejo de aquello que pronto seremos. Pero de ningún modo un viejo es un trasto, sino un glorioso ejemplo de lo justa y democrática que es la vida misma. Los viejos son gente que se parecen demasiado unos a otros , lo cual democratiza la sociedad, demostrando que por más que nos queramos mandar la parte o hacernos los importante, en el ultimo tramo de nuestra vida nos parecemos todos unos a otros como dos gotas de agua : chinos y negros, ricos y pobres, cultos e ignorantes lucimos todos igual en la tercera edad. Si lo dudas , te desafío a que encuentres a tu abuela de pelo blanco en un banco de la plaza llena de abuelas, un domingo a la tarde.. Deambulará por toda la plaza gritándole “¡Mamá!” a cien señoras sorprendidas, y seguramente te encontrará tu abuela a ti antes que tú a ella. A cierta edad de la vida, la única diferencia que tenemos con otro es si andamos en silla de ruedas o su aún caminamos solitos. Pero lo más fascinante de la vejez es que toda ella entraña una importante misión en la vida, quizás la más importante de todas .Cuando eres anciano tienes un trabajo de 24 horas, continuo y muy exigente. Se trata de demostrarle a todos los que te rodean que ser viejo no es tan terrible, que aun conservas tu lucidez, puedes recordar el final de un chiste, sonríes mucho, no se te mueve la dentadura postiza, no te caes a piso al levantarte de una silla y hasta hueles muy bien . Esto levanta el espíritu de la gente que se aterra al verte, lleno de arrugas y con pelo ralo , pensando “esto me sucederá a mi también” . Si practicas algunos pasos de zapateo americano y los muestras en las fiestas familiares- “ ¡Oigan , bailo zapateo americano sin quebrarme las caderas!”- harás felices a todos los que te miran con espanto pensando “· un día seré así de viejo yo también” . Es importante que te vean beber como una cuba, moverte con cierta agilidad y hasta ir al baño solo, momento en el cual escucharás cosas que no oías desde que tenias dos años “ ¡Que maravilla, no se hace encima: se levanta a tiempo!…¡ Hasta va solito al baño!” Si cantas y bailas y cuentas chistes verdes o indiscreciones familiares de los que han muerto antes que tú, probablemente te conviertas en el cventro de atracción de cada reunión familiar . Cuando eres anciano nadie te exige más nada , ni que tengas la comida lista, ni que seas amable, ni que traigas un sueldo a casa . Es maravillosamente relajador ves que los demás se empiezan a ocupar de ti y sean felices mientras no te suba la presión sanguínea. De alguna manera, vuelves a a la etapa dorada de la primera infancia, cuando todos velaban por ti .Y a medida que avancen los años,tienes la satisfacción de que cada vez te aplauden más por verte hacer cosas más nimias, como embocar la cuchara en la boca , como cuando tenías un año. Y si llegas a los 98, te sentirás el alma de la fiesta porque todo el mundo te rodeará maravillado de que puedas hablar, reconocer a un pariente y respirar sin ayuda de pulmotor…¡ y te aplaudirán por eso, como cuando tenías meses de vida! ¡Serás una megaestrella, y el centro de atención de la familiaotra vez! Si aguantas a los 120, llegarás a tener fama mundial sin hacer nada mas que tomar la sopa . Prepárate para ver tu casa invadida de cronistas y reporteros que vendrán a filmar como apagas las velas de tu torta con ayuda de 17 nietos, un matafuego y un pulmotor. Si tienes alma de estrella, no te molestará. Después de todo, de no ser por el canal de televisión que venia a entrevistarte, los miserables de tus nietos ni siquiera hubieran comprado torta. Y lo mejor que podrías hacer es casarte con alguien mucho más joven. Nada le gusta tanto a los medios como un viejo o una vieja que se casan. Pídele al canal de tele que te pague la luna de miel, si quieren la nota.
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