Pero por tentador que parezca no morir nunca, no sé si la vida eterna es algo tan agradable. Habría que preguntarle a la Duquesa de Alba o a Mirtha Legrand qué se siente siendo eternas...
La intensidad y calidad de nuestra vida yace justamente, en nuestra noción de que esto se acaba. Si uno supiera que estará en el mundo por siempre,.no haría absolutamente nada más que dormir larguísimas siestas y comer toneladas de milanesas . Total, siempre habría tiempo para avanzar en la vida , adquirir conocimientos y hacer dieta . Pensémoslo un segundo: te dicen que jamás morirás. Preguntás“¿Jamás moriré?”,“No, no morirás nunca”.¡ Buenísimo! ¿Buenísimo? Si lo pensás un segundo, ser eternos no parece una idea tan buena. ¿Quien se esforzaría en hacer algo sabiendo que nunca morirá? Si hacemos algo en la vida es porque sabemos que nuestro paso es por un lapso limitado. Lo que no hagas hoy, quizás no puedas hacer nunca. Queremos hacer cosas que queden .para la sociedad, la posteridad, los hijos, o lo que sea: queremos dejar señales de nuestro paso, como quien deja un graffiti en la puerta del baño .Queremos ser célebres, famosos, pasar a la posteridad , ya sea por nuestra obra o en le recuerdo , amados por quienes nos han conocido. Sin necesidad de dejar plasmado nuestro pasos por el mundo, viviríamos en una sociedad de gordos perezosos que no trabajan porque total, tienen todo el tiempo del mundo para decidirse a hacerlo. Una sociedad inmortal no se preocupa en organizarse, ni en reproducirse, ni en entrar en contacto con los otros. El sexo mismo nace de nuestra urgencia por reproducirnos antes de que sea tarde. Imagina una sociedad sin sexo, con gente aburrida porque tiene todo el tiempo del mundo por delante. ¿Que harían? Matar el tiempo, tomando mate, jugando al ludo durante siglos…¡una vida espantosa!
Una vez vi una documental de una señora de Jujuy que había cumplido 125 años. Estaba llorando en un cumpleaños. El cronista le preguntaba como se sentía y ella decía “Muy sola. Mis hermanos murieron, mis hijos murieron, mis nietos murieron, mis bisnietos murieron y a mis tatataranietos no les importo nada. Lo que quiero es morirme, no vivir así, entre desconocidos“Su pesadumbre era enorme, y uno podía comprenderla ¡Toda una vida asistiendo a funerales de toda tu familia, siendo la única que queda para despedirlos! ¿No es algo cruel?
En cambio, el hecho de entender que estamos en esta tierra por un lapso limitado, nos obliga a apurarnos a conocernos, a enamorarnos, a tener hijos, a tener logros, a viajar y conocer el mundo y a comer cada helado de chocolate como si fuera el ultimo .Todo lo que hacemos como si fuera la ultima vez, se disfruta más.
El locutor y actor Fernando Peña, que ya llevas unos años enfermo de sida, siempre dice “ Lo mejor que le puedo desear a alguien es una enfermedad mortal”. El dice que su enfermedad lo ayudó a valorar más cada minuto de la vida, a no preocuparse por tonterías y a cuidarse más y disfrutar más. Bueno, no hace falta estar enfermo para llegar a eso. La vida misma es una enfermedad mortal.
Creo que le debemos mucho a la muerte, porque nos da la felicidad.
¿Qué es la felicidad?
La felicidad es contraste.
Es ver que después de la oscuridad llega la luz después de la soledad llega el cariño, después de la confusión llega la paz, después del hambre llega el choripán… El animador Julián Weich dijo que lo que más lo hace feliz en la vida es estar muerto de calor y entrar a un sitio con aire acondicionado y tomarse un vaso de algo lleno de hielo. Que nada se compara a esa felicidad.
Un esquimal te dirá que la felicidad es estar pescando solo en medio del los hielos polares y entrar a un ambiente calefaccionado, secarse junto al fuego con una taza de sopa caliente en las manos. Los finales felices de las películas muestran a gente ignorada que al final es reconocida como héroes. O personas solitarias y aburridas que acaban acompañadas y divertidas, besándose con música de violines.
Los mejores hoteles cinco estrellas saben como darte felicidad. Tuve la suerte de conocer el Hotel Explora de San Pedro de Atacama, Chile, un hotel carísimo en medio de la cordillera más alta y desértica de América. El hotel tienen piscinas y todo el confort en medio de un desierto inhóspito, lo que de por si es reconfortante. Pero su programa de estadía incluye cabalgatas de tres horas por pedregales como la Cordillera de la Sal y la Cordillera de la Muerte. En el camino, te ofrecen almendras y avellanas para que te mueras de sed. Y al regresar, te esperan con un almuerzo suntuoso regado con champagne con vista a las piscinas.
Ese almuerzo te hace más feliz porque ya estuviste rompiéndote el trasero sobre un caballo que no tiene vértigo y te lleva por piedras tan resecas que se parten al sol, crujiendo con un rumor misterioso. Asimismo, la felicidad es que se te vaya el dolor de muelas, y sacarte unos zapatos demasiado incómodos. Si quieres hacer felices a los huéspedes de un hotel, habría que incomodarlos un buen rato, para luego mimarlos a cuerpo de rey. No digo que haya que ponerles agujas debajo de las uñas, o darles zapatos tres números más chicos... pero no hay que dejarlos demasiado tiempo echados en sofás mullidos. Los mimos valen el doble luego de haber sufrido.
La noción de la muerte es el concepto del hotel Explora, pero dado vuelta cronológicamente: ahora estamos cómodos en la vida, pero sabemos que al final pasará algo tal vez incómodo, que es morir. Vivir es estar almorzando suntuosamente, sabiendo que antes o después nos toca la cabalgata incómoda por la Cordillera de la Muerte. Y aunque no te guste la ensalada de berro, sabiendo esto, te la comes con gusto duplicado.
Una vez vi una documental de una señora de Jujuy que había cumplido 125 años. Estaba llorando en un cumpleaños. El cronista le preguntaba como se sentía y ella decía “Muy sola. Mis hermanos murieron, mis hijos murieron, mis nietos murieron, mis bisnietos murieron y a mis tatataranietos no les importo nada. Lo que quiero es morirme, no vivir así, entre desconocidos“Su pesadumbre era enorme, y uno podía comprenderla ¡Toda una vida asistiendo a funerales de toda tu familia, siendo la única que queda para despedirlos! ¿No es algo cruel?
En cambio, el hecho de entender que estamos en esta tierra por un lapso limitado, nos obliga a apurarnos a conocernos, a enamorarnos, a tener hijos, a tener logros, a viajar y conocer el mundo y a comer cada helado de chocolate como si fuera el ultimo .Todo lo que hacemos como si fuera la ultima vez, se disfruta más.
El locutor y actor Fernando Peña, que ya llevas unos años enfermo de sida, siempre dice “ Lo mejor que le puedo desear a alguien es una enfermedad mortal”. El dice que su enfermedad lo ayudó a valorar más cada minuto de la vida, a no preocuparse por tonterías y a cuidarse más y disfrutar más. Bueno, no hace falta estar enfermo para llegar a eso. La vida misma es una enfermedad mortal.
Creo que le debemos mucho a la muerte, porque nos da la felicidad.
¿Qué es la felicidad?
La felicidad es contraste.
Es ver que después de la oscuridad llega la luz después de la soledad llega el cariño, después de la confusión llega la paz, después del hambre llega el choripán… El animador Julián Weich dijo que lo que más lo hace feliz en la vida es estar muerto de calor y entrar a un sitio con aire acondicionado y tomarse un vaso de algo lleno de hielo. Que nada se compara a esa felicidad.
Un esquimal te dirá que la felicidad es estar pescando solo en medio del los hielos polares y entrar a un ambiente calefaccionado, secarse junto al fuego con una taza de sopa caliente en las manos. Los finales felices de las películas muestran a gente ignorada que al final es reconocida como héroes. O personas solitarias y aburridas que acaban acompañadas y divertidas, besándose con música de violines.
Los mejores hoteles cinco estrellas saben como darte felicidad. Tuve la suerte de conocer el Hotel Explora de San Pedro de Atacama, Chile, un hotel carísimo en medio de la cordillera más alta y desértica de América. El hotel tienen piscinas y todo el confort en medio de un desierto inhóspito, lo que de por si es reconfortante. Pero su programa de estadía incluye cabalgatas de tres horas por pedregales como la Cordillera de la Sal y la Cordillera de la Muerte. En el camino, te ofrecen almendras y avellanas para que te mueras de sed. Y al regresar, te esperan con un almuerzo suntuoso regado con champagne con vista a las piscinas.
Ese almuerzo te hace más feliz porque ya estuviste rompiéndote el trasero sobre un caballo que no tiene vértigo y te lleva por piedras tan resecas que se parten al sol, crujiendo con un rumor misterioso. Asimismo, la felicidad es que se te vaya el dolor de muelas, y sacarte unos zapatos demasiado incómodos. Si quieres hacer felices a los huéspedes de un hotel, habría que incomodarlos un buen rato, para luego mimarlos a cuerpo de rey. No digo que haya que ponerles agujas debajo de las uñas, o darles zapatos tres números más chicos... pero no hay que dejarlos demasiado tiempo echados en sofás mullidos. Los mimos valen el doble luego de haber sufrido.
La noción de la muerte es el concepto del hotel Explora, pero dado vuelta cronológicamente: ahora estamos cómodos en la vida, pero sabemos que al final pasará algo tal vez incómodo, que es morir. Vivir es estar almorzando suntuosamente, sabiendo que antes o después nos toca la cabalgata incómoda por la Cordillera de la Muerte. Y aunque no te guste la ensalada de berro, sabiendo esto, te la comes con gusto duplicado.
4 comentarios:
buenisimo prima!
¿ te gusta? Gracias!
besote
Aba
Ana:
Estaba buscando una foto de viejos para ilustrar un post (que inmediatamente después de leer el tuyo me pareció una reverenda porquería, pero cristiana:)y me topé con tu blog. Fuiste la responsable que hoy durmiera hasta las doce y luego siesta por medio, me siente ahora a leer más y reirme como loca. ME ENCANTÓ, léase en negrita y con font 24. Muchas gracias, un placer de risa leerte.
Buenísimo, que gracia y simplicidad para abordar un tema que ha agobiado a la humanidad por siglos, muy buenas tus reflexiones, son un confort para el alma.
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