Cuenta la leyenda que un hombre viajó desde tierras lejanas a Nepal, y allí con esfuerzo trepo al Himalaya para preguntarle a un gurú cual es el sentido de la vida . El gurú sin dudar un instante, le dijo “ La vida es un río sin fin». «¿Un río sin fin?», dijo el hombre, indignado. “ ¿Después de recorrer todo este camino, trepar esta montaña enorme, pasar sed hambre y frío, todo lo que tenés para decirme es que la vida es un río sin fin?» A lo que el gurú, asombradísimo, le respondió «¡Oh!¿Quieres decir que no lo es?» Este cuentito que aparece en un libro de Osho se parece demasiado a un chiste que narra Freud en “ El chiste y su relación con el inconsciente” Un hombre le dice al otro “ ¿ Sabes qué? La vida es como un puente” El otro le responde “ ¿ Ah, sí? ¿ por qué?” Y el primero replica” No tengo la menor idea” .
Y la verdad es que nadie tiene la menor idea, y si te dicen que la tienen, te mienten.
Vivimos para continuar la vida. Así de simple. Hay miles de tipos encerrados en los laboratorios durante años, sí, hasta que se mueren –dedicando sus vidas sólo a investigar cómo nació la vida en nuestro planeta. Hay varias teorías al respecto. Carl Sagan – un científico americano que lo explicó en su serie de televisión “ Cosmos”, famosa en los ´70- apoyaba la teoría de que si bombardeas con electricidad las veces suficientes una bola de vidrio llena de gas metano, nacen unas algas unicelulares que son el modo más primitivo de vida. Otros apoyan la teoría de la panspermia, que dice que hay materia vida flotando pos ahí en el Universo como papel picado, y donde aterriza y le parece un buen lugar, con buenas playas y buenos tragos, se queda a evolucionar hasta convertirse en los que somos : gente buscando buenas playas con buenos tragos .
A esas algas lo único que le importaba era ser cada vez más. Si hay algo que caracteriza a todo ser vivo es reproducirse y que haya muchos más iguales a él mismo, lo que seria la teoría no estudiada del Narcisismo Perpetuo. Eso no nos diferencia mucho de las piedras: adonde vayas, hay piedras que parecen querer ser cada vez más. Pero sucede que las piedras no pueden automultiplicarse y los seres vivos sí. Así que si te miras mucho al espejo, no hay nada para criticar: sos igual a una bacteria, un alga o un virus, un mosquito o un elefante. La razón primera de vivir es luchar para que haya más de tu especie.
Cuando las algas se dieron cuneta de que podían pasarla mejor convirtiéndose en otras cosa, sea naranjos, ballenas, cucarachas o gente, hicieron lo posible por desarrollar naranjas, aletas, antenas o dedos, según le conviniera a cada uno. Eso indica que así como el ser humano se cree lo mejor entre todos los seres vivos, las cucarachas también se creen insuperables. Y después de descubrir los restos de pizza de la fiesta que hiciste, no te quepa la menos duda de que las cucarachas confirman su teoría de que no hay nada en la vida mejor que ser cucaracha y descubrir muzzarella arriba de tu cocina .
Cuando muere alguien, uno calcula todos los esfuerzos que hizo esa persona para llegar donde llegó, que se evaporan con su desapareció, salvo que haya hecho grandes cosas por su especie. Pero aún los que han hechos grandes cosas por la Humanidad son olvidados al poco tiempo. ¿O acaso recuerdas el nombre del descubridor de la penicilina, de la vacuna contra la hepatitis o la vacuna contra la tuberculosis? ¿Y el del primer astronauta que flotó en el espacio? Es lógico: no ha hecho gran cosa por la humanidad con su paseo por así.
Uno se mata trabajando, llega a alguna cima de la fama, muere y es olvidado. Eso es como una burla al narcisismo propio del hecho de estar vivo. Entonces, ¿para qué se mató trabajando, si todos olvidan quien fue? Nuestras ciudades están llenas de calles con nombres de muertos que hicieron grandes cosas, pero nadie sabe que hicieron ni quiénes fueron los que dan nombres a pueblos y avenidas. Mejor que no averigüen : la mayoría fueron genocidas.
Okey, algunos trascienden los siglos y todos sabemos quienes eras, por ejemplo, Mozart o Van Gogh. Pero ni a Mozart ni a Van Gogh les importa hoy un comino que en todo el mundo se sepa quienes fueron, siglos después de sus muertes, Es más, Mozart murió solo y adeudado, y Van Gogh murió triste e incomprendido, dependiendo de su hermano que por piedad le enviaba pinturas y le compraba sus cuadros, que en el momento en el que Van Gogh vivía no valían nada y hoy valen millones de euros. Como dice Woody Allen: “Soy un firme creyente de que cuando estás muerto, nombrar una calle en tu honor no ayuda a tu metabolismo. No es que crea que carezco totalmente de talento, pero no tengo el suficiente para lograr que mi sangre siga circulando cuando me llegue el rigor mortis . Así que el legado no me importa en absoluto. Lo expliqué mejor con un chiste: "Más que vivir en los corazones de mis hermanos, preferiría vivir en mi departamento".¡No podría importarme menos lo que pasará con mi obra cuando esté muerto..” Entonces, no vale la pena esforzarse por nada. Muchos menos, si miramos Discovery Channel, donde cada media hora te anuncia el fin del mundo: ¿la tierra desaparecerá chupada por un agujero miembro, bombardeada por chatarra espacial, atravesada de lado a lado por un meteorito gigante, y…si nada de eso sucede – tragada por el sol en unos cinco mil millones de años, cuando nuestra estrella preferida se convierta en una supernova que explote y queme todo. Ahí si que , con nuestro planeta convertido en cenizas, no va a haber ni recuerdo de Mozart, Van Gogh ni la especie humana.
Entonces, ¿para qué vivimos? Quizás vivimos para vivir el momento presente y viajar volando a los cuatro puntos cardinales buscando buenas playas con buenos tragos. Las algas que flotan por el universo tenían toda la razón del mundo.
Y la verdad es que nadie tiene la menor idea, y si te dicen que la tienen, te mienten.
Vivimos para continuar la vida. Así de simple. Hay miles de tipos encerrados en los laboratorios durante años, sí, hasta que se mueren –dedicando sus vidas sólo a investigar cómo nació la vida en nuestro planeta. Hay varias teorías al respecto. Carl Sagan – un científico americano que lo explicó en su serie de televisión “ Cosmos”, famosa en los ´70- apoyaba la teoría de que si bombardeas con electricidad las veces suficientes una bola de vidrio llena de gas metano, nacen unas algas unicelulares que son el modo más primitivo de vida. Otros apoyan la teoría de la panspermia, que dice que hay materia vida flotando pos ahí en el Universo como papel picado, y donde aterriza y le parece un buen lugar, con buenas playas y buenos tragos, se queda a evolucionar hasta convertirse en los que somos : gente buscando buenas playas con buenos tragos .
A esas algas lo único que le importaba era ser cada vez más. Si hay algo que caracteriza a todo ser vivo es reproducirse y que haya muchos más iguales a él mismo, lo que seria la teoría no estudiada del Narcisismo Perpetuo. Eso no nos diferencia mucho de las piedras: adonde vayas, hay piedras que parecen querer ser cada vez más. Pero sucede que las piedras no pueden automultiplicarse y los seres vivos sí. Así que si te miras mucho al espejo, no hay nada para criticar: sos igual a una bacteria, un alga o un virus, un mosquito o un elefante. La razón primera de vivir es luchar para que haya más de tu especie.
Cuando las algas se dieron cuneta de que podían pasarla mejor convirtiéndose en otras cosa, sea naranjos, ballenas, cucarachas o gente, hicieron lo posible por desarrollar naranjas, aletas, antenas o dedos, según le conviniera a cada uno. Eso indica que así como el ser humano se cree lo mejor entre todos los seres vivos, las cucarachas también se creen insuperables. Y después de descubrir los restos de pizza de la fiesta que hiciste, no te quepa la menos duda de que las cucarachas confirman su teoría de que no hay nada en la vida mejor que ser cucaracha y descubrir muzzarella arriba de tu cocina .
Cuando muere alguien, uno calcula todos los esfuerzos que hizo esa persona para llegar donde llegó, que se evaporan con su desapareció, salvo que haya hecho grandes cosas por su especie. Pero aún los que han hechos grandes cosas por la Humanidad son olvidados al poco tiempo. ¿O acaso recuerdas el nombre del descubridor de la penicilina, de la vacuna contra la hepatitis o la vacuna contra la tuberculosis? ¿Y el del primer astronauta que flotó en el espacio? Es lógico: no ha hecho gran cosa por la humanidad con su paseo por así.
Uno se mata trabajando, llega a alguna cima de la fama, muere y es olvidado. Eso es como una burla al narcisismo propio del hecho de estar vivo. Entonces, ¿para qué se mató trabajando, si todos olvidan quien fue? Nuestras ciudades están llenas de calles con nombres de muertos que hicieron grandes cosas, pero nadie sabe que hicieron ni quiénes fueron los que dan nombres a pueblos y avenidas. Mejor que no averigüen : la mayoría fueron genocidas.
Okey, algunos trascienden los siglos y todos sabemos quienes eras, por ejemplo, Mozart o Van Gogh. Pero ni a Mozart ni a Van Gogh les importa hoy un comino que en todo el mundo se sepa quienes fueron, siglos después de sus muertes, Es más, Mozart murió solo y adeudado, y Van Gogh murió triste e incomprendido, dependiendo de su hermano que por piedad le enviaba pinturas y le compraba sus cuadros, que en el momento en el que Van Gogh vivía no valían nada y hoy valen millones de euros. Como dice Woody Allen: “Soy un firme creyente de que cuando estás muerto, nombrar una calle en tu honor no ayuda a tu metabolismo. No es que crea que carezco totalmente de talento, pero no tengo el suficiente para lograr que mi sangre siga circulando cuando me llegue el rigor mortis . Así que el legado no me importa en absoluto. Lo expliqué mejor con un chiste: "Más que vivir en los corazones de mis hermanos, preferiría vivir en mi departamento".¡No podría importarme menos lo que pasará con mi obra cuando esté muerto..” Entonces, no vale la pena esforzarse por nada. Muchos menos, si miramos Discovery Channel, donde cada media hora te anuncia el fin del mundo: ¿la tierra desaparecerá chupada por un agujero miembro, bombardeada por chatarra espacial, atravesada de lado a lado por un meteorito gigante, y…si nada de eso sucede – tragada por el sol en unos cinco mil millones de años, cuando nuestra estrella preferida se convierta en una supernova que explote y queme todo. Ahí si que , con nuestro planeta convertido en cenizas, no va a haber ni recuerdo de Mozart, Van Gogh ni la especie humana.
Entonces, ¿para qué vivimos? Quizás vivimos para vivir el momento presente y viajar volando a los cuatro puntos cardinales buscando buenas playas con buenos tragos. Las algas que flotan por el universo tenían toda la razón del mundo.
4 comentarios:
qué genia! Gracias por tus líneas Ana von Rebeur, que juegan entre el humor (indispensable para abordar este tema) y lo científico, de una manera increíble.
Saludos, Cecilia.-
nunca hasta hoy me había echo está pregunta y todavía no puedo responderla, no se si me importa alguien , algo o solamente yo,me paso todo el día pensando en mi en como voy a actuar en que voy a decir y no merece la pena vivir para esto
ja ja simplemente B U E N Í S I M O
me siento feliz que haya alguien que piensa lo mismo!!!
Felicitaciones por ser tan inteligente!!
La.vida misma.no tiene sentido, lo tiene solo si tu se la das, acepta las reglas del juego del lugar donde vives y juega de la mejor manera
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